jueves, 1 de septiembre de 2011

Actividades y Terapia asistida por animales

Actividades asistidas por animales

Una definición rigurosa explica que las actividades asistidas por animales proveen oportunidades para lograr beneficios motivacionales, educacionales, de recreación y/o terapéuticos para mejorar la calidad de vida de las personas. Estas actividades pueden llevarse a cabo en una variedad de ambientes con la ayuda de profesionales entrenados, paraprofesionales y/o voluntarios, y con la colaboración de animales entrenados específicamente para desarrollar dicha tarea.
Las actividades asistidas por animales, de forma simple, consisten en visitas informales de las mascotas a una persona o grupo de personas. Dichos encuentros no siguen un modelo fijo ni preestablecido.
En este tipo de actividades no se plantean objetivos específicos; los voluntarios o las personas encargadas de las visitas no tienen la obligación de tomar notas ni de registrar resultados; el contenido del encuentro es espontáneo y tendrá la duración que la propia dinámica de la visita genere. Es decir, la interacción entre animales y personas se produce en un marco informal y descontracturado, donde el fin perseguido es, principalmente, generar un momento agradable tanto para la persona como para el animal.


Terapia asistidas por animales

La terapia asistida por animales es un proceso que sigue un objetivo establecido en el cual un animal especialmente entrenado es parte integral del tratamiento. Esta terapia está dirigida por un profesional o un grupo de profesionales de la salud con experiencia comprobada dentro del ámbito de práctica de su profesión.
Las terapias asistidas por animales son diseñadas especialmente para lograr mejoras en las habilidades físicas, sociales y/o intelectuales de una persona. Por lo tanto persiguen metas que han sido establecidas con anterioridad, de acuerdo con cada caso. Pueden ser de naturaleza grupal o individual y el proceso debe ser evaluado y documentado sistemáticamente por el profesional a cargo. Las terapias que incluyen animales son una herramienta útil para trabajar con pacientes de difícil acceso. El uso de mascotas para tratar pacientes con capacidades físicas reducidas o con problemas de orden psíquico permite obtener resultados con un bajo costo y, usualmente, en un período de tiempo menos que con otros enfoques terapéuticos tradicionales. Desafortunadamente, muchos profesionales de la medicina todavía no tienen un conocimiento completo sobre los beneficios que este tipo de tratamiento puede proporcionar a sus pacientes, dado que la medicina aún no reconoce científicamente el poder curativo de algunos animales.


Quienes pueden beneficiarse?

El rango de personas que pueden beneficiarse con el contacto con animales es muy amplio. Pacientes en hospitales, hogares, hospicios, centros de salud mental, cárceles, correccionales y escuelas pueden ser tratados mediante la interacción con perros, gatos, caballos, delfines o animales de granja. Personas de todas las edades y con una gran variedad de afecciones físicas o psíquicas pueden experimentar un efecto relajante, mejoras en el humor, aumento de la autoestima, bienestar psicológico y una mayor integración en la comunidad al interactuar con animales.
Niños con autismo o personas mayores afectadas con enfermedades como el mal de Alzheimer pueden obtener importantes beneficios. En el caso de pequeños autistas, el contacto con un perro puede redundar en la ruptura del ensimismamiento que caracteriza a dicha enfermedad.
Podemos tener un ejemplo de terapia asistida con animales cuando una persona lleva su mascota a un centro de rehabilitación para ayudar a un terapeuta a trabajar con un niño que tiene problemas para controlar la motricidad fina. En este sentido, se le pide al niño que juegue con collares, andadores, que abra cajitas para jugar con el animal, e incluso que lo alimente dándole en la boca pequeños trozos de comida.
Otro ejemplo podría ser que un terapeuta le enseñe a una persona con problemas para secuenciar eventos los pasos necesarios para cepillar un perro. La motivación de poder cepillar al perro por sí mismo, hace que el paciente memorice los pasos y sea capaz de enumerarlos en voz alta al terapeuta.


Principales fines de la terapia

La terapia asistida con animales (TAA) persigue los siguientes fines:

En el aspecto físico
Mejora la motricidad fina.
Mayor dominio corporal.
Mejor manejo de una silla de ruedas.
Facilitar el equilibrio al estar parados.
Reducción de la presión arterial.

En el aspecto psíquico
Aumento de la interacción verbal entre los integrantes del grupo.
Incremento de la capacidad de prestar atención o la concentración en una tarea.
Ofrecer momentos de esparcimiento y recreación.
Mejora la autoestima.
Reducción de la ansiedad, estrés o depresión.
Logro de una mayor autonomía y confianza en si mismo.

En el aspecto educativo
Mejora de la comunicación verbal y no verbal.
Desarrollo del lenguaje y ampliación de vocabulario.
Incremento de la capacidad de atención y concentración.
Proveer una ayuda para ejercitar la memoria de corto y largo plazo.
Mejorar el conocimiento de las nociones de tamaño, color, etc.

En el aspecto social
Favorecer el deseo de comprometerse en una actividad grupal.
Mejora de la interacción con otras personas y con el mundo exterior.
Mejora la interacción con el equipo de profesionales.
Desarrollo de la conciencia sobre el sentido de responsabilidad a través del cuidado constante de una mascota.
Aumento de los niveles de ejercicio.

En el aspecto emocional
Facilitar la expresión y el control de los sentimientos.

Beneficios de las terapias y las actividades asistidas por animales

Tanto las terapias como las actividades asistidas por animales producen una serie de beneficios en la vida de los niños y los adultos con diferentes niveles de dificultad.

Empatía (entender los sentimientos y motivos de otra persona e identificarse con ellos)
Algunos estudios han demostrado que los niños que crecen en contacto con animales tienen menos dificultad para sentir empatía con otras personas. Para un niño es relativamente sencillo sentir empatía con una mascota antes que con un igual, porque los animales son simples, directos y expresan genuinamente sus estados anímicos. A medida que el niño crezca, la empatía que siente por los animales lo ayudará a introducirlo con sus experiencias con sus pares.

Enfocarse hacia fuera
Las personas que sufren enfermedades mentales o que tiene baja autoestima se enfocan en ellas mismas; por eso los animales pueden ayudarlas a enfocarse en el medio que los rodea. Antes que hablar sobre ellos y sus problemas, pueden hablar con y sobre los animales.

Crianza (promover el crecimiento y el desarrollo de otro ser viviente)
La capacidad de criar otro ser viviente debe ser aprendido en forma natural de los padres. Muchos niños en riesgo que no tuvieron esta posibilidad pueden desarrollar esta habilidad mediante el cuidado de un pequeño animal.

Rapport (relación de confianza mutua, conexión o lazo entre dos personas)
Las animales pueden abrir entre el paciente y su terapeuta un canal de comunicación emocionalmente seguro. La presencia del animal rompe las resistencia inicial de paciente que va proyectando hacia el terapeuta el cariño que le inspira la mascota.

Entretenimiento
La presencia de un animal es entretenida. Sus reacciones y travesuras reducen el sentimiento de soledad y son un motivo de alegría y conversación.

Aceptación
A diferencia de las personas, los animales nos aceptan sin preocuparse por nuestra apariencia o forma de ser. Su afecto es incondicional y eso ayuda a que determinadas personas empiecen a aceptarse a sí mismas.

Socialización (la búsqueda y el disfrute de la compañía de otros)
La experiencia demuestra que los momentos de encuentro con animales favorece la socialización entre los pacientes y los médicos, incluso, los familiares de los pacientes eligen estos momentos para hacer sus visitas porque proveen un motivo agradable para iniciar conversaciones.

Estimulación mental
La presencia de los animales produce una estimulación metal porque aumentan la comunicación con otra gente, traen recuerdos y son una fuente de entretenimiento. Incluso en situaciones serias o de depresión, las mascotas sirven para distender el ambiente, aumentar la diversión y fomentar momentos de juego. Estas distracciones ayudan a reducir los sentimientos de soledad y alienación de los pacientes.

Contacto físico
El contacto físico con otros seres favorece el desarrollo de relaciones sanas y maduras. Aquellas personas que tienen problemas para tocar a sus pares pueden no sentir inhibiciones a la hora de acariciar un perro o un gato. De hecho, puede ser una experiencia placentera. En aquellos casos de personas que fueron agredidas o abusadas sexualmente y que no permiten que otra persona se les acerque, la ayuda de una animal a quien abrazar y besar puede ser útil para iniciar la recuperación.

Beneficios fisiológicos (efectos positivos en el funcionamiento del cuerpo)
Muchas personas se relajan en presencia de animales. Diferentes pruebas demostraron que la frecuencia cardíaca y la presión arterial disminuyen sensiblemente al estar en contacto con algunos animales.

Básicamente se sabe que el contacto con la naturaleza en su conjunto libera una hormona llamada endorfina a nivel del sistema nervioso central. Esto genera sensaciones de tranquilidad, distensión y gratificación. Dentro de la naturaleza, son los animales los que generan los mejores resultados porque ellos pueden interactuar con nosotros y devolvernos un afecto desinteresado.


Cuando no es posible la realización de la terapia?

A pesar de los beneficios y de que no se registran efectos secundarios negativos en esta clase de tratamiento, la inclusión de animales en determinadas terapias o actividades no siempre será posible por algunos de los siguientes motivos:

Cuando los animales se conviertan en motivo de rivalidad o competencia entre los miembros de un grupo.
Cuando alguna persona se vuelva posesiva con un animal de visita y trata de quedárselo para sí.
Si se producen daños por causa de una mala selección de los animales, fallas en el control o en el manejo de las mascotas.
Pacientes con daño cerebral, discapacidades avanzadas o senilidad pueden provocar al animal sin proponérselo.
Personas con expectativas irreales pueden pensar que un animal los rechaza, lo que aumentará su baja autoestima.
Transmisión de enfermedades entre los humanos y las mascotas.
La alergia a alguno de los animales puede crear problemas respiratorios o reacciones adversas en las personas.
Los pacientes que tengan heridas expuestas o baja tolerancia a las enfermedades deben ser monitoreados cuidadosamente.
Temor o desconfianza hacia determinado tipo de animales.
Diferencias culturales que pueden provocar distintas reacciones ante determinados animales (por ejemplo si el animal es considerado sagrado o si trae mala suerte, etc)
Responsabilidades legales e caso de accidentes o lesiones.
Ruido, limpieza, enfermedades y otras consideraciones ambientales.
Evaluación de costos para el desarrollo de las actividades.
Daños producidos por las peleas entre los animales o por problemas de traslado o manipulación.
Cuando no se puede garantizar al animal las condiciones de cuidados adecuadas.
Cuando el animal no disfruta realizando visitas o participando de las actividades.